Durante la última edición de Conducta Impropia, bajo la conducción de Gio Infante, comentamos los casos de Fiorella Paz, universitaria que hace unos días se suicidó por ser discriminada, al parecer, por tener un modo de vestir masculino; y de Ximena Petrocelli, joven fotógrafa que habría sido encerrada en un centro de rehabilitación por su familia que se mostraría contraría a su opción sexual.

En el caso de Petrocelli, llama la atención su internamiento, sea la causa que fuere, por el hecho de tratarse de una persona mayor de edad que, por tanto, debería expresar su consentimiento previo para ser internada en una centro de rehabilitación.

Sin embargo, en nuestro país se encuentra en vigencia la ley 29737, firmada por el expresidente Alan García el 16 de junio de 2011, que establece que aquellas personas que sufren de alcoholismo, fármaco dependencia, trastornos psiquiátricos, violencia familiar, social o política (todos ellos considerados problemas de salud mental), pueden ser ingresados por sus familiares, puesto que el grado de adicción que sufren les impide ser conscientes de sus actos.

Vale mencionar que leyes como esta han sido criticadas en varios países por considerar que atentan contra los derechos humanos, tal y como ocurrió en Ecuador, donde por diez años se utilizó una ley similar para internar a gays y lesbianas en centros de rehabilitación.

A continuación la edición completa de Conducta Impropia